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Crítica serie Un Caballero en Moscú

Crítica serie Un Caballero en Moscú
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Portada original de la serie

La emisión de Paramount+ ha despertado el interés por esta serie histórica basada en la novela «A Gentleman in Moscow» del escritor Amor Towles.

A primera vista, el título podría sugerir un tipo de programa: una historia de espionaje durante la Guerra Fría o un viaje a través de Rusia, tal como Michael Palin. Sin embargo, la serie se centra más en la intriga y la diplomacia que en la aventura.

Es desde luego la serie del momento, una de la que todos están hablando, en la oficina, en la uni, y es que es de esas que directamente recomendamos ver.

El personaje central

La verdadera estrella de la serie es el Conde Alexander Rostov (interpretado por Ewan McGregor).

Un aristócrata obligado a vivir en lo que puede parecer un lujo carcelario, pero que McGregor hace tan encantador que resulta irresistible. El creador de la serie, Ben Vanstone, ha logrado un gran éxito con un personaje principal como el de McGregor, raramente más atractivo.

La mezcla de tonos

Aunque la serie combina la crudeza histórica con la comedia y la emoción, McGregor logra equilibrar estos elementos con naturalidad. Incluso cuando muy poco está sucediendo (un problema en la primera mitad de la serie), el espectador se siente atraído por la historia.

El reparto principal

Elenco destacado incluye a Anna Urbanova (interpretada por Mary Elizabeth Winstead), que es uno de los personajes más interesantes y comprensivos.

La calidad del reparto es lo que hace que la serie sea tan emocionante.

La trama

Aunque la serie no se centra en la historia exterior, se puede sentir la presencia de la revolución rusa y el estalinismo en la forma en que los personajes interactúan con el Conde Rostov. La serie es un viaje a través del mundo de la alta sociedad rusa, donde la intriga política y social es el telón de fondo.

El diseño de producción

La serie cuenta con un diseño de producción impresionante y disfraces que juegan un papel fundamental en su éxito. Sin embargo, es el Conde Rostov quien hace que la serie merezca la pena ver, incluso cuando la historia a veces se vuelve demasiado sentimental.

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